El nacimiento del Yo

Querido lector:

Al igual que dentro de un puñado de barro se esconde una maravillosa escultura, o que un tosco pedrusco encierra el más brillante de los diamantes; esta maraña de pensamientos, reflexiones e informaciones que ha venido siendo este blog va poco a poco tomando forma. Es así, con lento pero incansable paso, como la idea cristalizó en boceto y el boceto empieza ahora a dejar ver destellos de su verdadero ser.

Porque tras todo lo vivo subyace un ser. Y digo vivo , no en su acepción más material, sino como permanece vivo en nosotros el recuerdo, como se mantiene viva la ilusión, como viven nuestros seres queridos en nuestro corazón. De esa manera impalpable pero cierta; de esa forma invisible pero presente.

Así, silencioso y callado, va amaneciendo el ser de este proyecto; perfilándose a cada coma. Parece que tras una primera fase de aterrizaje y acomodación ha llegado el momento de plantarse en el mundo y decir «Yo soy». Así, con la determinación del niño que se dice «Yo»* por primera vez.

De la misma manera que sucede con el pequeño, el nacimiento del «Yo» acarrea crisisque generan cambios. Por ello te pido paciencia si en los próximos días notas un trasiego inusual. El niño está gritando «Yo» y quiere poner la casa patas arriba.

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* «Físicamente el Yo tarda más o menos un año en manifestarse. El niño sostiene su cabeza a los tres meses; se sienta a los seis meses; se pone de pie a los nueve meses y comienza a caminar a los doce meses; ésta es la influencia del YO. Poder caminar significa que la columna vertebral del hombre se yergue como consecuencia de la acción del Yo. Merced a su propio Yo, el hombre puede erguirse y comenzar el trabajo de sostenerse.»
Roberto Crotoginni extr. de «La tierra como escuela»